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10 No se trata más que de reglas externas relacionadas con alimentos, bebidas y diversas ceremonias de purificación, válidas solo hasta el tiempo señalado para reformarlo todo.

La sangre de Cristo

11 Cristo, por el contrario, al presentarse como sumo sacerdote de los bienes definitivos[a] en el tabernáculo más excelente y perfecto, no hecho por manos humanas (es decir, que no es de esta creación), 12 entró una sola vez y para siempre en el Lugar Santísimo. No lo hizo con sangre de machos cabríos y becerros, sino con su propia sangre, logrando así un rescate eterno.

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Footnotes

  1. 9:11 definitivos. Var. venideros.